Solomillos de Cerdo con Miel y Ajo

La receta de solomillos de cerdo con miel y ajo es un plato exquisito que combina la suavidad de la carne de cerdo con el dulzor de la miel y el sabor intenso del ajo. Este platillo, ideal para ocasiones especiales, no solo es una delicia gastronómica, sino también una experiencia culinaria que promete deleitar a los paladares más exigentes. 

**Ingredientes:**

- 2 solomillos de cerdo (aproximadamente 500 g cada uno)

- 4 cucharadas de miel

- 4 dientes de ajo, finamente picados

- 3 cucharadas de aceite de oliva

- Sal y pimienta al gusto

- Romero fresco (opcional, para decorar)

**Preparación de los ingredientes:**

Comience precalentando el horno a 200°C (390°F). Mientras el horno se calienta, prepare los solomillos de cerdo limpiándolos de membranas y exceso de grasa. Sazone generosamente ambos lados con sal y pimienta.

**Marinado:**

En un bol, mezcle la miel, el ajo picado y dos cucharadas de aceite de oliva. Esta mezcla actuará como un marinado que aportará sabor y un toque caramelizado durante la cocción. Introduzca los solomillos en el bol y asegúrese de que queden bien cubiertos por la mezcla. Deje marinar durante al menos 30 minutos, preferiblemente en el refrigerador para intensificar los sabores.

**Sellado:**

En una sartén grande a fuego medio-alto, añada la cucharada restante de aceite de oliva. Una vez caliente, coloque los solomillos y selle cada lado durante aproximadamente 2-3 minutos o hasta que adquieran un color dorado. Este paso es crucial para mantener la jugosidad de la carne.

**Horneado:**

Transfiera los solomillos sellados a una bandeja para hornear. Vierta la mezcla de miel y ajo restante por encima y lleve al horno. Cocine durante 15-20 minutos o hasta que la temperatura interna alcance los 65°C (149°F) para un punto de cocción medio. Si prefiere la carne más hecha, hornéela unos minutos adicionales.

**Reposo y servicio:**

 Retire los solomillos del horno y deje reposar durante 5 minutos antes de cortarlos. Esto permitirá que los jugos se redistribuyan, asegurando una carne tierna y sabrosa. Sirva en rodajas, decorando con romero fresco si lo desea.

Este plato combina la dulzura de la miel con el sabor robusto del ajo, creando una experiencia culinaria deliciosa y memorable. ¡Buen Provecho!